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Robos, atracos, asesinatos, sin pruebas, sin rostros, sin pistas, sólo una huella dactilar. Una huella dactilar aislada, de un desconocido, de alguien que no ha sido fichado, que no ha cometido ningún otro delito, así que pasa sin pena ni gloria, se queda en el limbo de las huellas dactilares sin identificar, y a ver si hay suerte y la próxima vez tenemos pistas…

Pero… y es un ‘pero’ positivo… Los ladrones son reincidentes, y el ladrón de guante blanco (o con guantes de cualquier color) está prácticamente extinto, así que el día que cometa un error, le serán imputados todos sus delitos en los que dejó una huellita dactilar.

Sistema de Identificación Dactilar. Una base de datos donde se almacenan las huellas dactilares de todos los ciudadanos. Periódicamente se efectúa una barrido digital y los delitos anónimos pueden ser imputados al fin.

Todo sucede gracias a la Brigada Provincial de Policía Científica, que cual CSI ibérico investiga minuciosamente para localizar cualquier prueba que dé viabilidad a la resolución de los delitos.

Y es sorprendente que en un país como Estados Unidos no tengan algo similar, porque nos tienen acostumbrados a que si no te han fichado, tu huella digital puede vivir anónima para siempre… Eso sí, en la tele si estás fichado te localizan entre TODOS los delicuentes de sus bases de datos en 5 minutos… Claro, en un capítulo de 40 minutos, no puedes decir siempre que al sistema le ha llevado 3 días localizar la huella… Luego nos hacen unos análisis y nos sorprende que tarden 20 días… 🙂